
En algún momento hacia la mitad del libro pensé “ah, éste es de los buenos de la autora”, pero poco después se torció y empezó a interesarme cada vez menos.
Una buena primera mitad con una recta final muy mal desarrollada que se acaba haciendo cansina.
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Soy consciente también de que a esta autora le exijo más que a otros y por eso un libro que quizá podría tener 3 estrellas se queda en 2. Porque tiene libros mucho mejores y sé lo que puede hacer.
La lectura que más he disfrutado en mucho tiempo. Un libro magnífico, cuyo rigor científico no impide en ningún momento que sea sencillo de leer. Es absorbente y entretenido de principio a fin, a pesar de la dureza del tema que trata.
La traducción al castellano es también excelente, y sólo detecté un par de fallos de corrección en todo el libro. Muy buen libro y muy buena edición.
Últimamente el proceso por el que comienzo a leer un libro es de lo más azaroso. Con la enorme cantidad de libros que tengo por leer, de pronto me veo empezando otro distinto por algún motivo súbito y poco importante, pero que en ese momento parece inevitable. Pues este libro es un poco así.
No puedo decir que me haya gustado, pero no se me ha hecho pesado en ningún momento, y la sensación de vacío que lo atraviesa la puedes casi masticar.
De vez en cuando me animo a leer libros que de antemano sé que me van a costar un poco porque tienen una estructura poco tradicional, moderna, que a veces me tengo que esforzar para leer. No tener párrafos diferenciados es una de esas cosas que me suelen costar, como sucede en este caso, y además con los diálogos insertos en el resto del texto.
Ese esfuerzo a veces es pequeño y a veces es grande. Y a veces vale la pena y a veces no. Leer “Paisaje nacional” ha sido una experiencia mucho más fluida de lo que esperaba en las primeras páginas, porque la voz del narrador es ágil, directa y sencilla, así que ese esfuerzo acabó resultando insignificante.
Por contra, valió mucho la pena. Un libro bonito y emocionante que me ha costado sacar de mi cabeza durante los días que tardé en leerlo, y que intenté estirar todo lo que pude para que me acompañara una noche más. Ojalá lo lea mucha más gente.
Me temo que bastante decepcionante. Esperaba mucho más.
Si una novela de asesinatos tiene a un policía de protagonista, espero ver cómo investiga ese policía. No me sirve que en el libro se diga que es un buen policía, quiero que me lo demuestren. El inspector Rebus no investiga absolutamente nada en todo el libro. ¿Puedo sentir empatía por el trauma que arrastra y que lo lastra durante todo el desarrollo de la trama? Sí, pero eso no me ayuda a disfrutar de la historia.
En general, me pareció algo pobre el desarrollo de los personajes y de la trama. Incluso las descripciones de los paisajes se me hicieron escasas. No sé si en futuros libros la serie del inspector Rebus mejora, pero va a pasar un tiempo hasta que tenga ganas de intentarlo con otro de sus libros.
Este año me propuse intercalar clásicos que tengo eternamente pendientes entre otras lecturas de libros más recientes o entre los policiacos habituales. Intento, dentro de lo posible, no saber mucho de esos libros, más allá del argumento, para poder disfrutar de la lectura sin condicionantes previos.
Supongo que por eso me sorprendió encontrarme con el catolicismo atravesando todo el libro de una forma tan intensa. Si hubiera leído la biografía del autor, entiendo que podría habérmelo esperado. No lo digo como algo malo, sólo algo inesperado.
Por lo demás, está claro que te tienen que interesar las cosas decadentes de los ingleses, con sus mansiones y sus universidades, pero si es así, es una lectura que se disfruta muchísimo.
Termino el libro deseando ver la serie, también eternamente pendiente para mí.
Me temo que este libro sufre bastante de un agotamiento en la fórmula que sí funcionaba en los dos anteriores de la autora. Supongo que a alguien que no los ha leído le sorprenderá más y lo valorará más que yo, pero a mí me ha costado engancharme y no ha conseguido mantener mi interés en casi ningún momento.
Es una pena.
No deja de ser uno más de tantos libros parecidos que están saliendo como churros en los últimos diez años. Libros de misterio con el punto justo de intriga, pero sin molestar ni incomodar a nadie, con la fórmula habitual en la que sabes que alguno de los personajes que ya conoces siempre va a estar enmarronado de alguna manera.
Muchas veces me pregunto por qué algunos de estos libros se venden como juveniles y otros no, cuando a veces las diferencias no son tan claras. Éste podría pasar por libro juvenil sin problema, y que conste que no lo digo como algo malo, ni mucho menos.
Dicho esto, está bien escrito, es muy entretenido y los saltos temporales y de personajes están perfectamente ejecutados. Además, en cuanto empieza la segunda mitad del libro es imposible dejar de leer, en parte gracias al mejor personaje de todos, la detective Judyta Luptack, que consigue ser distinto a los clichés habituales del género, y se nota.
Si Goodreads no fuera la página más arcaica y dejada a su suerte del mundo, le hubiera puesto tres estrellas y media, pero aquí estamos.
Le he dedicado un mes de mi vida a este libro. Un mes entero que no volverá. Y lo he hecho por culpa de una sola frase que me ha obligado a leer hasta el final; de no haber sido por ella, nunca habría pasado de la primera parte.
Tantas descripciones han podido conmigo. Llegó un momento en que no me interesaba ni una sola de las historias ni de los personajes, que aparecían en una sucesión que parecía interminable y terriblemente irritante.
Todas y cada una de ellas están escritas con una sencillez excelente. El libro tiene un lenguaje magistral y una estructura que no podría sacarme más de quicio.
No es para mí. Sé que no es él, sino yo, pero la incompatibilidad es absoluta.
Sigo con mi costumbre de empezar el año releyendo un libro de Agatha Christie. Tengo la suerte de haberlos leído hace tantos años que recuerdo muy pocas cosas de las tramas y de los desenlaces, así que es casi como leerlos por primera vez.
Éste es un ejemplo clásico de los libros de la autora y tiene algunas de las cosas que mejor se le daban. El relato de los hechos desde el punto de vista de los distintos protagonistas es un recurso que tiene muchas probabilidades de salir mal, por hacerse pesado, denso o perder el interés a medida que se van sucediendo los personajes, pero ella lo ejecuta siempre de manera magistral.
Muy buena lectura para empezar el 2025.
Sigo sin encontrar el propósito de este libro, igual que tampoco entiendo la cantidad de críticas que leo en las que se dice que es “muy divertido”. No lo es.
No leí nada que no supiera ya, no me reí, no encontré ninguna vuelta de tuerca o la profundidad que me pudiera justificar la lectura. Y, de hecho, me costó bastante terminarlo, porque no me consiguió interesar en ningún momento.
Es una pena.