Casa propia

Podría partir diciendo que esta novela es una maravilla obra de ficción, pero no sería lo correcto. La verdad es que cualquiera que haya estado en los zapatos de Ernesto Garratt sabe que la realidad supera a la ficción, siempre. Y Ernesto tiene la habilidad y gracia de plasmar lo que fue su adolescencia en una obra que mezcla lo más profundo de la cotidianidad con la máxima expresión del realismo mágico tan presente en muchas obras de la literatura latinoamericana.
En esta continuación de su primera novela Allegados, Ernesto (el protagonista) y su madre logran obtener la casa propia, gracias al subsidio que entrega el gobierno de la época. Pero esto no es suficiente para alcanzar la tranquilidad en sus vidas, ya que se siguen viendo enfrentados a dificultades en conjunto y cada cual por separado. Por esto Ernesto sigue dándole vida al vampiro Mihai, que no solo es una válvula de escape de su realidad, sino que es completo reflejo de sí mismo.