Ratings1
Average rating3
El pequeño monje budista quería prolongar su existencia más allá de Corea, su país natal... El tenía su objetivo muy claro y con esa base centraba toda su vida para lograrlo. “La gente práctica dice que los sueños no sirven para nada; pero no podrán negar que al menos sirven para soñar.” El -destino- lo junta con dos extranjeros a quienes usa de plataforma y los aprovecha... El libro te entretiene por un buen ratito, no es lo máximo, la prosa a veces desespera, pero creo que tiene una moraleja linda y por eso vale la pena leerlo, “un camino de mil leguas empieza con un paso.”