La vorágine

Clemente Silva me salvó de dejar de leer este libro, la parte del libro con toda su travesía fue asombrosa.
Arturo Cova es uno de los personajes más insufribles que me ha tocado leer hasta ahora, me alegra que haya desaparecido, aunque lamento que Alicia y su hijo le hayan acompañado.

Al principio pensaba que la novela era mala y sin una historia en la cual apoyarse, sin embargo luego descubrí que solo odiaba a Arturo Cova. Cuando empecé a leer a los otros personajes entré completamente en la historia, entré en su mundo y las descripciones al final si terminaron siento tan buenas como me habían dicho. Además, leer un español de hace casi 100 años fue muy retador y entretenido.

Una oración que resume a Arturo Cova: “Oh, no. Me corté una uña. Debe haber sido por el vago recuerdo de Alicia con su amante en aquella ciudad que me acabo de inventar que tomé aquella decisión tan exacerbada. Maldita mujer, la amo.”