Mister Moneybags

Diría un 3,5.

RESEÑA

Pues aquí tienen a una chica tan irresponsable como yo que en vez de estudiar para un examen y terminar sus antecedentes para un capítulo II de tesis, está haciendo una reseña. Pero bueno, la vida no es perfecta.

Me dirán que con esa sinopsis no se les antoja el libro, tanto como a mí se me antojó, ¿eh? Bien, no empiecen a hacer espacio en su lista antes de leer esta reseña.

Dexter “Dex” Truitt es un reconocido empresario que tomó el lugar de su padre en las empresas de la familia Montague, dadas por su abuelo materno. Un día regresando del gimnasio, se topa con Bianca George, la persona que iba a entrevistarle. Bianca no sabía quién era Dex, nadie sabe pues pocas, o ninguna, veces dejaba ver su rostro, así que tomando en cuenta su aspecto lo confunde con un mensajero. Enterarse de la animosidad de Bianca hacia el apellido Truitt causa que Dex tome la identidad falsa de Jay Reed, y luego de que “Dex” le cancelara la entrevista en vivo con Bianca por una vía mail, ambos personajes -Dex y Jay- dividen su tiempo para estar con ella: Jay por el día, Dex por la noche, sin que ella sospeche que son la misma persona. Pero cuando lo haga, ¿podrá perdonarle el engaño?

Conste que eso es el resumen de la historia hasta los capítulos 13-18 que relata la sinopsis porque sí, el resto de capítulos las autoras nos montan una trama secundaria, o sub-trama, completamente fuera de lo que en un inicio uno espera. Que fue algo que en parte no me gustó.

Resulta que, luego de Bianca tratar de hacer una venganza, fallar, y los dos intentar nuevamente un comienzo, cuando Dex (porque sí, alrededor del capítulo 18 el alter-ego de Jay se pierde por completo) conoce a la madre de Bianca, la reconoce de algún lado. Su servidora aquí presente de inmediato entendió lo que vendría: siendo el papá de Dex un mujeriego infiel en el pasado, y con Dex reconociendo a la madre de Bianca, automaticámente adiviné que esos dos individuos tuvieron algo. ¿Qué descubro capítulos después? El padre de Dex y la madre de Bianca tuvieron una relación adúltera durante 6 años, lo que las autoras pretendían que los lectores sospecharan que Bianca y Dex puedan ser medios-hermanos. Y, elemental, mis queridos Watsons, por más insinuaciones que Keeland y Ward quisieron darnos, era obvio que nuestros protagonistas no cometen incesto en la novela, sino que Dex iba a venir siendo medio hermano de la hermana de Bianca.

A ver, que el drama estuvo bueno (tomando en cuenta que me devoré las casi 200 páginas restantes en un lapso de tiempo de 10pm a 1am), mi problema con este libro fueron tres cosas:

1- Yo quería la trama de la sinopsis.Yo quería leer el drama de Dex/Jay con Bianca, de ver las locuras que intentaría Dex para que Bianca no se entere de que él también era Jay, porque sentí que duró muy, MUY, poco para mi gusto. Bianca se enteró muy rápido de la verdad y le quitó chiste a todo lo demás, ¡qué por cierto! Se enteró de una forma muy ridícula. Bianca asiste a una fundación para perros callejeros todos los domingos, Dex al enterarse de eso va todos los lunes porque “quería aprender más de lo que Bianca ama”, Bianca fue un lunes casualmente y vio a ‘Jay' todo elegante salir con un perro, acto seguido averigua quien fue el sujeto sexy que salió hace 5 minutos y pum. Ya lo supo todo.
O sea, ¿qué mierda...?

2- Drama innecesario.
Como ya me quitaron lo que realmente me interesaba del libro, quieren meterme la trama cliché de “¿somos medios hermanos?” a la fuerza, por... no sé qué razón. Bianca odiaba al padre de Dex por ‘despedir a su madre' causando una avalancha de problemas que acabó con el matrimonio de sus padres. Eso incluso podrían haberlo dejado así, el padre de Dex (y lo dicen mucho) es una mierda, hay matrimonios que no acaban de ser compatibles del todo, no tenían que justificarme todo eso con el cuento de que la madre de Bianca fue infiel y por eso decidió alejarse del amante y después pedir el divorcio.

3- Factor Sorpresa Mode FAIL.El drama innecesario vino acompañado por hechos totalmente predecibles. Odio con profundidad poder adivinar tan fácilmente lo que va a pasar en las próximas páginas, cosa que me pasó aquí. Todo decayó desde que Bianca se enteró de la verdad, y cualquier cosa que se pretendiera fuera una sorpresa para el lector, conmigo falló estrepitosamente. Se podría decir que leía solo para que me confirmaran lo que ya sabía.

No añado el factor sexual (los protagonistas se la pasaban cachondeando a todo rato y era hostigante. Me estresa que no dejen de pensar en sexo y más en los momentos más serios).

Algo que sí puedo decir me encantó del libro fueron tres cosas:

1- Los personajes principales.
Debo admitir que Bianca y Dex me encantaron. A veces no los sentía como un par de adultos maduros, sobre todo Dex quien me parecía actuaba muy... juvenil, muy tonto, pero supongo que tiene su encanto. La química en ambos era algo que entretenía mucho.

2- Bandido.
Es un perro que Dex adopta, y debo decir que me enamoró. Da un toque adorable a la historia, aparte que enseña un poco más de “normalidad” a Dex quien nunca antes tuvo un animal de mascota.

3- Jelani.
En sus locuras por ocultar su identidad, “Jay” finje ser experto tallador de madera, pero termina acudiendo con un experto real. Jelani es un viejo, si no recuerdo mal de origen Zimbabwe o algo así, que le daba consejos y cosas. Ah, este viejo me cayó demasiado bien, hasta el punto de que lo amé como personaje. Es paciente, sincero, sabio y sobre todo, representaría como la figura paternal que Dex siempre necesitó. Su final me causó mucha tristeza y, aunque no acabé llorando, sí me dolió.


En fin, aunque el libro no me desagradó, sí que me causó mucha decepción incluso antes de llegar al 50 % de la lectura. Esperaba más de él, cosa que no hizo. Si quieren leerlo, adelante, pero todo depende de lo que ustedes quieran.