Por una rosa

El Zorro y la Bestia: En pocas páginas y sin una trama muy complicada, se narra una versión distinta e ingeniosa de los hechos que ocurrieron en el castillo del príncipe encantado antes de la llegada de la bella. Como fiel lectora de Laura Gallego y alguien que disfrutó bastante con “Todas las hadas del reino”, el primer relato me encantó. Ahora, me pongo en los zapatos de las personas que no han leído “Todas las hadas del reino”: no creo que se entienda muy bien, debido a que esta historia se ambienta en el mundo creado en este libro. Términos como ancestrales, la vieja sangre, etc. no tienen un significado explícito porque ya se abordaron en la novela, y obviamente tienden a confundir. La mención de personajes como Ren, Camelia, Magnolia, etc. no tienen mayor relevancia si no se sabe qué papel juegan en este mundo. Supongo que no se debe asumir que todos los que ansiaban leer “Por una rosa” ya habían leído “Todas las hadas del reino”.

Anabella y la Bestia: Esta historia fue una sorpresa, pero de las buenas. Me encantó la forma en que se retrata el viaje y el nuevo significado que se le da a la bestia. Al ser centroamericana, sentí que esta historia tocó una fibra sensible; aunque se mire algo fantasioso, cosas así ocurren a diario. Gracias Benito por esa oda a los buscadores del sueño americano.

Al Cruzar el Jardín: Al inicio, la perspectiva de la narración me dejó desconcertada porque hace rato que no leía algo narrado desde ese punto de vista. Sin embargo, al poco rato me acostumbré y llegó incluso a gustarme, ya que es una manera refrescante de contar la historia. Javier sabe cómo entretener, de eso no hay duda. Creó un mundo futurista en pocas palabras y escribió una trama algo ligera pero interesante, a la vez que no perdía de vista el norte del proyecto. Simplemente brillante.