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Con un ritmo y un lenguaje magistrales, Fernanda Melchor, autora de Falsa liebre explora en esta obra las sinrazones que subyacen a los actos más desesperados de barbarie pasional. Una novela cruda y desgarradora en la que el lector quedará envuelto, atrapado por las palabras y la atmósfera de terrible, aunque gozosa, fatalidad. Un grupo de niños encuentra un cadáver flotando en las aguas turbias de un canal de riego cercano a la ranchería de La Matosa. El cuerpo resulta ser de la Bruja, una mujer que heredó dicho oficio de su madre fallecida, y a quienes los pobladores de esa zona rural respetaban y temían. Tras el macabro hallazgo, las sospechas y habladurías recaerán sobre un grupo de muchachos del pueblo, a quienes días antes una vecina vio mientras huían de casa de la hechicera, cargando lo que parecía ser un cuerpo inerte. A partir de ahí, los personajes involucrados en el crimen nos contarán su historia mientras los lectores nos sumergimos en la vida de este lugar acosado por la miseria y el abandono, y donde convergen la violencia del erotismo más oscuro y las sórdidas relaciones de poder.
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Me siento sucio; necesito lavarme los ojos que leyeron, las manos que voltearon esas páginas asquerosas, la memoria del terrible ritmo de esta novela, bin ban sin parar sin tomar aliento sin alivio de la crueldad, la ignorancia, la maldad inhumana y yo sé que todos hacen lo mejor que pueden, que cada quien trabaja con lo que tiene pero esto me fue demasiado. Dió duro.Quize parar. Abandonarlo. Las ganas no me faltaban; mas persistí de castigo a mí mismo por mis quejas sobre la estructura de [b:The Taste of Sugar 50970150 The Taste of Sugar Marisel Vera https://i.gr-assets.com/images/S/compressed.photo.goodreads.com/books/1571125977l/50970150.SX50_SY75.jpg 73451645]. El contraste era irónico: oraciones de cuatro o cinco palabras en una, de cuatro o cinco páginas en la otra. Cada capítulo — son ocho — es un párrafo de monólogo interior nonstop, los pensamientos (si es que se le puede llamar pensar a las motivaciones de personajes tan bárbaros) e historias de creaturas primitivas y trágicas en un triste pueblito. Melchor pinta una escenografía espeluznante de un ambiente venenoso; un miasma de masculinidad tóxica, violencia, crueldad que el lector siente en los huesos. Una cultura de ensimismados, avaros, gente de pura mierda sin pizca de compasión ni conocimiento propio, envenenados por la religión y la falta de educación.No sé como recomendar este libro, ni a quien. Es un libro doloroso, que le quita a uno la esperanza. Toca temas de violencia a mujeres; abuso de menores; machismo requetetóxico; y la perpetuación de esa atmósfera de ignorancia, de barbaridad, de horror sin alivio. Mas con todo y eso, no puedo decir que me gustó, ni que lo disfruté, pero sí lo admiro. Melchor escribe con una fuerza impresionante, con pura pasión, y las historia, por dolorosa que sea, es necesaria oir.
Que esté escrito de forma corrida, sin diálogos ni párrafos, y con un lenguaje coloquial me atrapó desde el inicio. A pesar de que aborda temas densos, no hice pausas significativas durante la lectura porque quería saber más: más de los pesonajes, más de su angustia, más del pueblo.
La escena de la súbita aparición del gato negro realmente me sacó un buen susto; típico cliché en las historias sobre brujas que la autora supo llevar maravillosamente.