En este libro Eduardo Sanchez Rugeles representa en Eugenia a la parte de la juventud venezolana que, no se siente identificada con el país y que en medio de la crisis (contextualizada en el 2007 según la edad que tiene Eugenia en el 2020) simplemente desea irse muy lejos y nunca regresar.
Una de las cosas que le brindó realismo a la lectura, es que se apego al dialecto que suele ser utilizado por los venezolanos (tanto por los jóvenes como por los adultos) haciendo uso de palabras coloquiales propias del venezolano, llegando a reflexionar sobre el uso que damos a algunas de estas.
Por otra parte, es muy curioso cómo de manera ligera y de vez en cuando hace alusiones a altos mandos del gobierno venezolano, y el rechazo que existe hacia ellos mencionando acciones contra Nicolas Maduro, Iris Varela, Aristobulo e incluso Cilia Flores, quien es reconocible en este extracto “la diputada enfurecida cuyo nombre, según escuché, era algo así como Dilia.”
A pesar de ser un libro muy corto, Sanchez Rugeles logra representar a la cúpula militar que es favorecida por el gobierno nacional mediante el Tío German, quien es presentado en su gigantesca, en la que tiene guardados equipos electrónicos y cientos de cajas de whisky etiqueta azul, casa con su gorra de la Misión Ribas y franela de Pdvsa.
Si tengo que destacar a un personaje, seria a Vadier quien para mi encarna completamente al venezolano.