La hija del tutor
La hija del tutor
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Jamás esperé encontrar una joya en este libro, pero al ir limpiando sus páginas, martillando con delicadeza, uf, menuda gema me topé.
Emma Smallwood es la hija de un viejo tutor, John Smallwood. Durante años sus padres regentaban una academia de chicos, por lo que Emma vivió en un ambiente muy poco rodeado de mujeres. Entre los alumnos de su padre se destacan los hijos del barón Weston, Henry (tres años mayor) y Phillip (un año menor). En su juventud, Emma se llevaba pésimo con Henry quien solía hacerle bromas pesadas y burlarse de ella por ser una literata, en cambio Phillip era todo lo opuesto; caballeroso, amable, se convirtió en su mejor amigo. Años después, Emma ahora es una joven mujer de veintiún años quien lleva tres años sin ver a los Weston. Cuando su padre sigue deprimido por la reciente muerte de su esposa, la madre de Emma, y han dado despedida a su último alumno, Emma cae en la desesperación de enviarle una carta al barón Weston para cuestionar si estaba dispuesto a enviarles a sus dos últimos hijos a la academia. No es mayor su sorpresa al recibir, como respuesta, la invitación del propio barón a su casa para su padre ejercer de tutor de sus hijos mellizos.
Cuando Emma y su padre llegan a Ebbington House, Emma percibe que hay un misterio rondando la casa. La nueva lady Weston, madrastra de Henry y Phillip y madre de los mellizos, no está feliz con su llegada y parece ocultar secretos, al igual que casi todos los habitantes de la mansión. Además, a Emma se le murmura la existencia de un fantasma en la casa, el espectro de la antigua Lady Weston, la madre de Henry y Phillip, y se le prohíbe a Emma siquiera husmear en el ala norte de la mansión. Cuando sonidos extraños y cosas extrañas comienzan a sucederle a Emma por la noche, decidirá averiguar qué misterio oculta la casa y sus habitantes, al mismo tiempo que tendrá que lidiar con los sentimientos que los hijos mayores del barón provocan en su corazón. ¿Quién es el que toca el piano por las noches? ¿Quién entra en la habitación de Emma cuando ella trata de dormir? ¿Quién es el misterioso autor de las cartas de amor que ella recibe? Y lo más principal, ¿en verdad existe el fantasma de la antigua lady Weston?
Déjenme decirles que yo tenía miedo de que este libro no me gustara. Primero, temía que la narración fuera pesada. Segundo, temía que la historia no estuviera tan bien. O tercero, que los personajes me desagradaran. ¡Pero no! Esta historia me ha ido enamorando a pasos agigantados, y no solo por el misterio que encierra en sus páginas, sino por el romance que le acompaña. No hay nada mejor para mí que un buen misterio acompañado de un buen romance... hasta que fue desnivelándose después.
Emma me ha parecido un personaje increíble. A decir verdad, en muchas ocasiones me he visto identificada con ella. Es una amante rotunda de los libros, obsesa del control y el orden, y muy lista. Durante su juventud lidiando con Henry Weston ha mostrado estar a un paso delante de él en sus travesuras, al mismo tiempo que sigue siendo una jovencita que se enamora cada vez que está con Phillip Weston. También tiene sueños y ambiciones, uno de ellos es poder viajar a Italia debido a una taza con el dibujo de una barca veneciana regalo de su madre.
Cuando llegan a Ebbington House, lo hacen en un momento inoportuno. Ha sucedido algo en la familia que no quieren que sepan pero aún con ello, el baron Weston los mantiene en su hogar para enseñar a sus hijos menores Rowan y Julian. A la vez, les prohíben el paso al ala norte. Durante las noches, Emma escucha ruidos extraños y recibe visitas indeseadas que ella atribuye a la llegada de Henry Weston, quien en el pasado siempre le había hecho bromas. Sin embargo, para Emma las cosas mejoran con la llegada de Phillip. Ella siempre fue más particular a él por la casi nula diferencia de edad, aparte de que Phillip era todo el tiempo más amable que su hermano. En una ocasión Emma recibe un par de inesperadas cartas de un admirador secreto declarándole su amor. Tanto Emma como el lector debemos tratar de adivinar quién pudo ser el autor del mismo.
A la vez, está también el asunto de la casa. ¿Qué es lo que provoca esas visitas inesperadas a Emma y los ruidos extraños? ¿En verdad es el fantasma de la anterior lady Weston? ¿Qué se oculta en el ala norte y por qué ha visto a Henry ir más de una vez allí? ¿Cuál es el secreto de la familia?
SECCIÓN CON SPOILERS
Esta vez no voy a explayarme en cosas sino que iré directo al punto. Porque una vez pasados el... ¿60 %? Del libro, hay como una especie de declive que digamos me bajó un poco la emoción.
Caso #1 – ¿El cadáver de lady Weston en el Ala norte?No. Simple y llanamente, no hay fantasma. Lo que ocultan en ese lado prohibido de la casa es el hermano, el primogénito, de los Weston. Antes del nacimiento de Henry, los Weston tuvieron un niño llamado Adam que nació con problemas. No se especifica muy bien durante la historia, pero a la final en una nota la autora menciona que se basó en un hermano de Jane Austen que nació con problemas físicos o mentales (que según historiadores, podría ser epilepsia). Pienso que tal vez sea síndrome de Down, por algunas características que Emma menciona al describir a Adam, aunque tal vez me equivoque. Aunque Adam tenga, si mis cálculos no me fallan basándome en las edades de Henry y Emma, 26 años, es un niño –porque así lo denominaré– dulce, educado, y que a pesar de sus capacidades porta una inteligencia increíble. Adam es fanático de las batallas, tiene cuadros con escenas de guerra, lee libros de historia militar y le gusta jugar con soldaditos o incluso usa fichas de ajedrez para montar su propia batalla –aunque luego Henry le enseña cómo se usan en verdad el ajedrez. Obviamente por su condición lo mantienen escondido del mundo, en especial por orden de lady Weston pues cree que su presencia podría dificultar la posibilidad de sus hijos de hallar pareja, y hasta se le llega de acusar de todo lo que ocurre en la casa cuando su único pecado había sido entrar a la habitación de Emma... que anteriormente había sido SU habitación. Poco a poco se van aclarando las cosas entorno a Adam y se va aceptándolo como lo que en verdad es: una persona que merece ser amada como todas las demás.Caso #2 – Las cartas del admirador secreto de Emma.Esto será sencillo. Nunca se aclara. Yo asimilo que (es algo que ya aclararé) fue obra de los mellizos, en especial de Julian, para gastarle una broma a Emma pero... ella jamás les preguntó ni a Phillip o al mismo Henry por su autoría y yo me quedé esperando ese momento...Caso #3 – ¿Los Weston, ricos o pobres? + Caso #4 – Contrabandistas Vs. Emma. ¿Es una broma, Julian?Algunas veces vemos la historia desde el punto de vista de Henry, las escenas no están siempre desde la mira de Emma. Por lo que nos enteramos de que la familia pasa por ciertos problemas.Henry menciona que desea mucho conocer mundo, viajar, ir a otros países, pero la condición económica de su familia no se lo permite. A la vez, él apenas está haciéndose cargo de la administración de las cuentas, pues es algo que se encarga directamente el mayordomo de la casa, quien anteriormente atendió a la actual lady Weston. Ahora, ¿captan lo malo que hay en eso?Allí en Cornualles, dado que están en un pequeño pueblo y la mansión está en un acantilado, algunas veces en las mareas bravas, los barcos mercantes sufren naufragios y la mercancía que cargan y llega a la orilla es robado por los habitantes y los contrabandistas. Entre ellos, está Derrick Teague, uno de los más famosos en la zona y que constantemente visita la propiedad de los Weston. Un tipo desagradable hasta decir basta. Resulta que, sí, la familia estaba en quiebra hasta que el sr Deavis, el mayordomo de la casa, le sugiere a lady Weston aliarse con Teague: ella daba su nombre a los artículos que Teague robaba para vender, volviéndolo de forma legal la venta, y compartían las ganancias.¿Qué tiene eso que ver con el segundo caso?Pues a la llegada de Emma, ella ha empezado a relacionar dichos casos que solían aparecer en los periódicos, veía la desagradable presencia de Teague en la mansión, lo mala espina que le daba y que lo confirmaba cuando incluso el mismo Henry no gustaba de él.Henry presenció en el pasado muchos naufragios que no pudo salvar, así que para ello quiso crear una especie de torre con una campana que se podría tocar para dar aviso de un hundimiento y poder salvar vidas. Al salvar vidas, la mercancía no quedaba a la deriva sin dueño que reclamar, por lo tanto los pueblerinos y contrabandistas se quedaban sin nada que vender. No les convenía. El punto, para no alargarlo más, es que por sugerencia de Teague, Julian crea un plan para encerrar a Emma en una capilla que está peligrosamente ubicada cerca del mar (al subir la marea, peor en días de tormenta, ésta se inunda) pero no contaba con que Henry también quedaría atrapado. Julian constantemente había sido el autor de las maldades nocturnas que hacía Emma, todo con el fin de asustarla y hacer que se marchara de Ebbington House, algunas veces con ayuda de su mellizo y Lizzie. Claro que éste último plan falló gracias a Rowan quien no es tan cruel como su hermano y acabó salvando a Emma y Henry, momentos antes de que la tormenta arrasara con la capilla. Y es ahí donde se descubre todo lo anterior dicho...
Conclusiones
Pues, ¿qué les digo?
Durante un buen porcentaje del libro me mantuvo picada, sacando conclusiones de cuál podría ser el desenlace. En algunas le atiné, otras no tanto, pero... cuando acabé de leerlo, me sentí extraña. En verdad sentí un declive enorme y no sé cómo sentirme al respecto.
Hubo momentos que me enojé muchísimo, en especial con Emma y con la época, cuando ella abofeteó a Lizzie –digamos que las circunstancias, aunque lo entendí, lo apruebo. Las razones de Emma eran válidas, la situación era de vida o muerte. Literal– y al momento de enfrentar a los demás, Lizzie vuelca la historia a su favor dejando a Emma como la villana... sin que ésta siquiera hiciera algo por defenderse. Nunca antes me había enfadado tanto, me había dado una arrechera y una impotencia, como en esta escena...
No, esperen, me pasó también con El Anillo de Rubí...
Retomando. Odio las injusticias y que además el personaje al que es acusado injustamente no haga nada por defenderse “pues no es propio de una señorita”. ¡A la mierda mis pantaletas! ¡Te están acusando injustamente cuando hiciste lo propio, y no eres capaz de abrir la puta boca! Y lo peor, TODOS a excepción de Henry (pues él sabía lo que había ocurrido) dudaban de Emma, ¡hasta el propio Phillip! ¡Qué carajo, huevón! ¡¿No se supone que la amabas?! Se los digo, me saca de mis ovarios la deslealtad, y se sintió peor viniendo de este personaje en específico.
Uy, es que cuántas ganas no tuve yo de entrar en esa vaina, zarandear a Emma y decirles sus cuatro vainas a todos, incluido al papá de ella.
Por otro lado, me sacó de onda, fuera del tema de los contrabandistas, todo lo ocurrido con el supuesto “fantasma”. Sí, Adam es adorable y todo, pero el libro me estaba gustando por la idea de incluirle algo paranormal al mismo. Lo dije y vuelvo a decir: los últimos 30-40 % del libro decayó para mí. Incluso en el romance. A pesar de que quedaba obvio con quien iría Emma a quedar, y me pareció súper tierno, casi no hubo momentos de ella con este tipo. Más bien, las escenas románticas empezaron a sentirse un poco... secas. Soy una lectora que ama un buen romance en un libro, y al principio creí que encontraría eso en este pero... creo que tuvo más peso los misterios que rondaban la historia que el romance.
Solo para acabar, debo alabar la pluma de la autora. Me gustó mucho su forma de narrar, sin ser pesado y tan ameno, con un toque de humor. Si bien tuvo instantes muy... desnivelados, no puedo negar que he disfrutado de la lectura. Aparte que me encantó lo mucho que investigó respecto a la época, el ambiente y, para mi desgracia, las costumbres de la época. Sí, digo desgracia, porque estoy segura de que así de pendejas eran las mujeres en una época que solo se les usa de florero. Aun con ello, me gustó que Emma fuera un poco diferente al resto por ser tan literata... aunque no supo sacarle provecho para los momentos que en verdad debía mostrar inteligencia.
PD.: Otra cosa que a veces me exasperaba era las constantes menciones al cristianismo y a Dios. O sea, marico, vine aquí por romance y misterio, no por misa. No me jodas.