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La Campana de Cristal relata la historia de Esther Greenwood, quien refleja la vida de la autora. Empezamos la novela descubriendo que Esther se ha ganado un concurso y pasara un mes en New York trabajando junto a otras ganadoras para una revista en los años 50. A medida que avanza su estadía conocemos los anhelos más profundos de la protagonista en cuanto a su futuro profesional y personal, y cómo estos se ven obstaculizados llegando a ser prácticamente objetivos inalcanzables dado su contexto social.
Frustrada regresa a su hogar en Massachussets, con nada claro en su cabeza, cansada de su vida aparentemente sin rumbo. No puede dormir, no puede comer, pero aun mas importante no puede escribir. Piensa que lo único relevante sobre si misma le ha sido arrebatado, que, sin la escritura, cuál sería su propósito en la sociedad sino ser un estorbo.
Es remitida a un psiquiatra y entre sus consultas empieza a tener alucinaciones derivadas de sus profundas desesperaciones. Duerme en el delirio y sueña con escapar, morir, liberarse.
Luego es enviada a un centro donde recibe un tratamiento de electrochoque que le causa gran dolor y decide no volver a hacerlo.
Después de varios intentos y planes fallidos de suicidio, decide robar un frasco de unas 50 píldoras y tomárselas en un lugar escondido del sótano, queriendo dar fin de una vez al sufrimiento. Es encontrada por su madre un par de días después aun con vida y hospitalizada para luego ser trasladada a un manicomio peculiar, un lugar más especializado, donde optan por métodos más ortodoxos.
Al principio no se notan mejorías en su estado de ánimo, continúa con planes calculados para lograr su propósito, se mantiene apática, pero al final no puede evitar su deseo por compañía. Una antigua amiga ingresa al centro y reconectan aun con Esther tratando de resistirse a cualquier tipo de avance.
Termina uniéndose a otras chicas en el mejor pabellón del lugar, donde se hospedan quienes se encuentran en las mejores condiciones y tienen mas libertades para salir a pasear. En su estancia aquí, Esther recuerda sus tiempos en la escuela y contempla las implicaciones de reinserción en la sociedad. Agradece las amistades que ha hecho a lo largo de su estadía, vuelve a sentir algo de esperanza en el Sol que la despierta cada mañana y espera poder retomar sus estudios, aun con todos los retos que le esperan.
Siente que la campana de cristal asciende y le da movilidad, deja entrar el oxígeno y ya no se ahoga con su propia respiración.