Location:Havana, Cuba
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En esta corta novela seguimos a Gregorio, un comerciante bien posicionado quien despierta un día transformado en algo parecido a un escarabajo.
Desde el momento de su transformación, es tratado con escepticismo, desdén y miedo por parte de su familia. Con el paso del tiempo dejan de ocuparse de su alimentación y bienestar, lo mantienen encerrado en su cuarto, fuera de la vista de criadas y visitas.
Gregorio pierde su movilidad y capacidad para hablar, lo que hace pensar a la familia que es incapaz de comprenderlos por haber alcanzado un estado más animal que humano.
El protagonista siente a la vez como pierde todas las facultades y características que en un principio lo definían. Su cuarto ya no tiene los muebles que veía cada mañana al despertarse, es incapaz de ir al trabajo y se ha convertido en una carga para los demás, en una vergüenza.
Antes de la metamorfosis, su trabajo constituía el sustento económico del hogar, el era quien había comprado la casa. Todas sus ganancias eran destinadas a los demás desinteresadamente. Apoyaba los sueños de su hermana y ayudaba siempre en su poco tiempo libre.
En el libro podemos apreciar el triste y terrible destino de Gregorio, quedar despojado de su humanidad y recibir el desprecio e indiferencia de aquellos a los que sirvió.
La Campana de Cristal relata la historia de Esther Greenwood, quien refleja la vida de la autora. Empezamos la novela descubriendo que Esther se ha ganado un concurso y pasara un mes en New York trabajando junto a otras ganadoras para una revista en los años 50. A medida que avanza su estadía conocemos los anhelos más profundos de la protagonista en cuanto a su futuro profesional y personal, y cómo estos se ven obstaculizados llegando a ser prácticamente objetivos inalcanzables dado su contexto social.
Frustrada regresa a su hogar en Massachussets, con nada claro en su cabeza, cansada de su vida aparentemente sin rumbo. No puede dormir, no puede comer, pero aun mas importante no puede escribir. Piensa que lo único relevante sobre si misma le ha sido arrebatado, que, sin la escritura, cuál sería su propósito en la sociedad sino ser un estorbo.
Es remitida a un psiquiatra y entre sus consultas empieza a tener alucinaciones derivadas de sus profundas desesperaciones. Duerme en el delirio y sueña con escapar, morir, liberarse.
Luego es enviada a un centro donde recibe un tratamiento de electrochoque que le causa gran dolor y decide no volver a hacerlo.
Después de varios intentos y planes fallidos de suicidio, decide robar un frasco de unas 50 píldoras y tomárselas en un lugar escondido del sótano, queriendo dar fin de una vez al sufrimiento. Es encontrada por su madre un par de días después aun con vida y hospitalizada para luego ser trasladada a un manicomio peculiar, un lugar más especializado, donde optan por métodos más ortodoxos.
Al principio no se notan mejorías en su estado de ánimo, continúa con planes calculados para lograr su propósito, se mantiene apática, pero al final no puede evitar su deseo por compañía. Una antigua amiga ingresa al centro y reconectan aun con Esther tratando de resistirse a cualquier tipo de avance.
Termina uniéndose a otras chicas en el mejor pabellón del lugar, donde se hospedan quienes se encuentran en las mejores condiciones y tienen mas libertades para salir a pasear. En su estancia aquí, Esther recuerda sus tiempos en la escuela y contempla las implicaciones de reinserción en la sociedad. Agradece las amistades que ha hecho a lo largo de su estadía, vuelve a sentir algo de esperanza en el Sol que la despierta cada mañana y espera poder retomar sus estudios, aun con todos los retos que le esperan.
Siente que la campana de cristal asciende y le da movilidad, deja entrar el oxígeno y ya no se ahoga con su propia respiración.
Perro pequeño, así le llaman, así lo nombró su madre para protegerlo en un lugar donde ella no puede hacerlo. Un niño vietnamita junto a su madre, tía y abuela huyen de Vietnam hacia Estados Unidos y se establecen en el condado de Hartford, Connecticut.
Guerra, racismo, PTSD, sexualidad, adicción, belleza y muerte. Temas clave sobre los que giran las historias que le escribe perro pequeño en una carta a su madre, la cual que no sabe leer.
Aprendemos de la vida de su abuela - Lan – en Vietnam y su huida, de la niñez del protagonista como emigrante, de su primer amor, Trevor, que llaga a su vida mientras trabaja en campos de tabaco.
Nos enteramos del abuso que sufría por parte de su madre y como Lan lo reconfortaba cada vez, de las conexiones que ha desarrollado con aquellos a su alrededor y cómo los ha visto morir a causa de la adicción, siendo Trevor uno de ellos.
Esta novela epistolar está escrita con suma delicadeza y atención al detalle. La naturaleza inspira cada oración y cada capítulo. En cada página, una mariposa monarca, una hormiga, un alce, un buey y hasta bisontes.
Ocean Vuong nos da varias lecciones de vida: el amor hacia nuestros orígenes, hacia nuestros destinos y hacia nuestros seres queridos, nos enseña a vivir en el momento, a parar un segundo y mirar a nuestro alrededor y observar lo que tenemos al frente, pero más importante aún, lo que tenemos entremedias.
Para un mundo tan inmenso e infinito, estamos en él muy poco tiempo como para nunca sentirnos bellos en el más amplio sentido de la palabra.
El libro es al final, sobre las fugaces bellezas que tendemos a pasar por alto dentro de nuestras pequeñas vidas.
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