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¡Y aquí me tienen de nuevo, señores!
América Singer es una ciudadana de Illéa, enamorada de Aspen, cuando éste decide acabar la relación pues no quiere que ella viva en el mismo estilo de vida de él –es un seis, y ella una cinco–, América opta por aceptar ir a La Selección en el momento en que su nombre aparece como una de las 35 seleccionadas. Allí, competirá con las demás jóvenes por el amor del príncipe Maxon. América no tiene interés en la competición, lo considera superficial y solo está ahí debido a su familia y para huir de Aspen. Pero cuánto más conoce al príncipe, más se da cuenta de que tal vez participar en La Selección no resulte tan malo como parezca. ¿O tal vez sí?
Cuando acabé de leer el corto sobre la reina Amberly, estaba sumamente preocupada de que América no me gustara. Incluso cuando leí algo de ella en el corto de Maxon. Pero me alegró mucho ver que mis miedos eran infundados, pues disfruté gratamente de la lectura.
América es una joven aguerrida, valiente, y muy honesta. Son aspectos que de inmediato me gustaron. Aparte que no le gusta andar por las ramas, me agrado mucho ver que ante un problema, ella decida hablarlo para buscar una solución. Por ejemplo, cuando en una cita con Maxon, él estaba acercándose a ella, América de inmediato le da un golpe en las bolas. Cuando éste se queja, ella le explica que un guardia idiota le metió ideas de que Maxon podría pedir “favores especiales” a las seleccionadas. Gente, asegúrense de buscar un personal adecuado para estas cosas.
Como dije en el corto de Maxon, América le sugirió que fueran amigos, que ella sería una aliada para él entre las seleccionadas, y se nos deja ver que ella no pensó de sus sentimientos floreciendo a favor de nuestro querido príncipe. Aquí hago un inciso en que amé ver cómo va fluyendo la relación entre ambos. De una simple amistad, a cariño y luego al posible pero seguro amor. La forma en que Maxon escucha a América, los detalles que tiene con ella, esa conexión entre ellos a causa de un primer y poco común encuentro, esa proximidad tan íntima que hay entre los dos me causaba una sonrisa que ansiaba porque ellos tuvieran más charlas.
Pero no me vi muy bien recompensada al respecto.
Antes de tocar ese punto, hablemos de La Selección como tal y qué es eso de cinco y seis. Illéa está dividida en castas. Hay 8 castas en total, iniciando por los Uno (1), que lo conforman la familia real. A eso le siguen los Doses (2) y Treses (3): famosos y grandes mentes, respectivamente. Luego tenemos a los Cuatros (4) y Cincos (5), empresarios y artistas. Y finalmente los Seises (6) y Sietes (7), trabajadores –tipo secretarias, costureras, vendedores– y trabajadores manuales –como granjeros, limpiadores, jardineros, etc.–. Está una última casta, los Ochos (8) pero están conformados por rebeldes, fugitivos, desamparados, que no son considerados en sí parte de la sociedad, como si fueran los renegados. Las castas influyen en la relación sentimental con otra persona. Si un hombre de una casta mayor, se casa con una mujer de una casta inferior, ella automáticamente forma parte de la casta de su marido (Si María es 7 y se casa con Juan, que es 4, María se vuelve un 4 ahora). Pero eso no aplica en el lado contrario (Si María es 4 y Juan es 7, María pasa a ser un 7. De ahí que Aspen tuviera peos en estar con América). Las castas influyen por igual en el estilo de vida de las personas. Un 4 no puede tener un estilo de vida de 6, ni un 7 puede tener un estilo de vida de 3, a menos que ascienda de casta pero eso es casi imposible.
La Selección escoge a chicas aptas de toda Illéa, independientemente de su casta, aunque a veces puede influir. Por ejemplo, América logró ser aceptada a pesar de ser una 5. Si una chica inferior de los 2/3, es eliminada de La Selección, automáticamente pasa a ser de esas castas (Si María que es 6, es eliminada, como exseleccionada pasa a ser una 2). Automáticamente la chica ganadora de La Selección, al formar parte de la familia real, se vuelve 1.
Me fascinó este sistema de castas. No es algo nuevo, siento que lo he visto en otro lado pero igual me ha gustado como eso encaja tan bien aquí. Pero sí debo decir que me ha decepcionado un poco el aspecto distópico en este libro. Quizá sea porque apenas es el primero, pero aun así siento que, si se pretende hacer un libro “distópico”, los aspectos de una distopía deben verse vistos desde el primer momento y eso no lo vi aquí. No sentí que fuera una distopía con toques de romance, sino una novela juvenil romántica con ligeros toques de distopía. No debería siquiera ser considerado una distopía por eso.
También quiero destacar el hecho de que este libro, aunque me encantó mucho, se sintió muy superficial. Me recordó mucho a los concursos de Miss Universo, pues incluso eché mucho en falta el aspecto romántico. Todo se derivaba a los vestidos, chismorreos, quién es mejor y quién no, aún con el punto de vista de América. Yo espero que, dado que a la final acabamos con seis finalistas, y que, ¡sorpresa!, Aspen ha vuelto a entrar en escena, veamos un poco más el lado romántico que tanto me hacía falta.
Y antes de acabar, voy a tocar rápidamente mi opinión respecto a la relación Maxon-América-Aspen.
Soy una persona que aprecia mucho la lealtad y el amor verdadero, pienso igual que América respecto a que, si amas mucho a una persona, lucharías contra todo para estar a su lado. Cuando Aspen terminó con ella, por unas razones muy estúpidas, me desencanté de él. Así que, con cada pequeño acercamiento de Maxon, obviamente elegí mi bando. Ahora que Aspen, milagrosamente, acabó formando parte de la guardia real y además haciendo turnos en el castillo, cerca de América, lo sentí algo apresurado. No me molesta en lo absoluto que suceda, pero sí me causa conflicto que sea tan pronto. Si fuera en el segundo libro, no lo habría tomado tan... mal. Pero, bueno, como dije, ahora tendremos la sazón que estaba esperando. Me molesta un poco que América se tarde un poco en decidir qué siente realmente por Maxon, y a la vez la entiendo. A la final ella le dijo a Aspen que ahora formaba parte de La Selección y él dejó en claro que lucharía por ella.
Me gusta ver el infierno arder y estoy ansiosa por leerlo en el próximo libro.