Me llamó la atención a partir de una nota de un blog que hablaba sobre la hiperpaternidad. Esta expresión acuñada a partir de la forma en que muchos padres tratan de compensar el tiempo no compartido con los hijos, la forma de subsanar frustraciones propias y de obtener a través de los hijos las satisfacciones no adquiridas por uno mismo, es algo que quizá inconscientemente hacemos todos en algún momento y quería leer el libro para encontrar focos rojos o amarillos en mi y evitar a toda costa esas actitudes. Funcionó con ese propósito este libro, sin embargo debo decir que todo el tiempo me sentí leyendo una nota de blog serio larga o un artículo de revista de investigación. Esperaba un poco más de consejos de profesionales y no sólo el punto de vista de una buena periodista. Vale la pena para adentrarse en el concepto si nunca lo habías escuchado antes.
Un libro muy bien escrito sobre la importancia de alimentar el cerebro de un niño desde su nacimiento. Escrito con pulcritud por un experto neurólogo que lleva años estudiando el tema y que, a partir de sus investigaciones y experiencias propias concluye aquellos elementos que son fundamentales para ayudar a los padres a entender mejor el cerebro de nuestros hijos y por lo que pasan en sus diferentes etapas de bebés. Encima nos hace entender que no es necesario que sean genios, simplemente que estén correctamente desarrollados para hacerle frente a este mundo con responsabilidad y armas necesarias. Muy recomendable si eres papá.
Refrescante lectura de verano de principio a fin. Sam te cuenta su historia de un verano de 1985 en donde vive una serie de cosas que moverán por completo su mundo: descubrirá verdades sobre su pasado, se enfrentará a sus peores enemigos, afianzará sus mayores amistades y vivirá aventuras emocionantes como sólo un niño sabe sentirlas y vivirlas. El autor te sabe transportar no sólo a una época sino también a un momento de tu vida en donde logras sintonizar con las emociones que describen y te transportas a una edad en la que la inocencia da paso a la pubertad y los descubrimientos de la vida se suceden uno tras otro.
Un libro muy bien escrito con un ritmo que te mantiene atento incluso en los momentos en los que parece que no pasa nada.
Y lo mejor de todo es leer la última página, te hace querer volver a leer el libro completo (OJO: no la lean antes de tiempo, les puede arruinar toda la experiencia).
Interesante libro con una serie de lineamientos que la autora sugiere para que uno, como padre (hombre) logre un vínculo ideal con su hija (mujer). La autora combina sus ideas con narraciones de experiencias de sus pacientes. Con todo y lo provechos y enriquecedor que fue leer el libro, además de lo mucho que me provocó a la reflexión, siento que quedó corto en consejos prácticos ante algunas situaciones y en muchas ocasiones la encontré algo repetitiva en la comunicación de sus conceptos.
Sin embargo es una lectura que recomiendo. En este momento que tengo una recién nacida para hacerme idea de lo que me espera y en unos 10 años seguro volveré a leerlo por la cantidad de conceptos de los que tendré que echar mano cuando llegue a su adolescencia.
Me gustaría ser más benévolo con mi calificación de esta novela. En favor de ella debo decir que tuvo la cualidad de mantenerme entretenido para que, a pesar de las incoherencias y cosas absurdas de las que está repleta, quisiera saber en qué terminaba la historia. Fue como ir a ver una película palomera que, escudándose en ser historia basada en hechos reales, promete mucho más de lo que al final ofrece.
Narra la historia de Paul Reiner y su familia, ambientada en una Alemania previa a la Segunda Guerra Mundial, pero si esperan encontrar referencias trascendentes de esa época, no las encontrarán en la novela, hace, si acaso, referencia al intento de golpe de estado de Hitler en 1923, de una manera tan anecdótica que confirma más ese sentimiento de haber visto ese churro de domingo...
El personaje principal es irritablemente bueno, al punto de terminar siendo cursi e increíble (y absurdo, cuando por fin hacer cosas contrarias a ese hombre intachable que te dibujan a lo largo de todo el libro); su enemigo es malo como el que más y la « heroíca» dama en apuros sufre de una falta de identidad tan aberrante que en más de una ocasión me hizo preguntarme qué hacía leyendo el libro que queda a medio camino entre la moralina barata y el feminismo a ultranza que acaba por ser absurdo por intenso.
Si realmente quieres leerlo, advertido estás, por lo menos pasarás un rato entretenido.
Este es el tercer libro que leo de Neil Gaiman, sin contar Sandman, que es novela gráfica. Y puedo decir, sin duda, que esta es su obra maestra. Una apasionante historia llena de mitología y sueños. El tema onírico que ha caracterizado la mayor parte de su obra, no deja de estar presente en esta ocasión, mezclándose de manera magistral con la mitología y el panteón mas diverso de todos los imaginados, pasando por los dioses nórdicos, hindúes, egipcios, africanos... Todos reunidos y re inventados por el imaginario colectivo americano. Por lo que éste ha ido convirtiendo a los dioses o creencias que va capturando en ese sincretismo cultural que es América del Norte.
Como sucede a menudo, el mejor retratista de una cultura no es alguien que nació o está inmerso en ella de forma habitual, tiene que ser un extranjero que se compromete con la misma y decide vivirla con los ojos del que se maravilla y admira los procesos por los que ésta ha tenido que pasar para crear su identidad. Así es como Gaiman afronta la tarea de narrar, a través de la mágica aventura de Shadow, el protagonista de la historia, por el mundo de los dioses que habitan América y la inminente guerra que se avecina entre los viejos y los nuevos dioses.
Una recomendación que haría, si deciden emprender la aventura de leer esta excelente obra, es que lo hagan de la mano de Google para ir buscando de manera sistemática cada uno de los nombres que aparecen en la obra, gran parte de ellos son seleccionados específicamente de un panteón determinado para darle vida a una deidad o ser mitológico de las diversas culturas que se entremezclan en la historia.
Por último, estoy seguro que un secreto que me ayudó a disfrutar con mayor intensidad la última tercera parte del libro fue que tuve de fondo música que, por alguna razón, potenció cada palabra escrita por el autor: Dr. John y su Locked Down; Danger Mouse con su épica Rome; el A.M. De los Arctic Monkeys y algunos otros discos que acompañaron de forma maravillosa el concepto del libro.
Altamente recomendable.
Tardé mucho en terminar este libro a pesar de ser bastante corto, pero debo admitir que era pesado pasar cada página (aunque sea electrónica).
Es una especie de autobiografía novelada de este autor japonés que va describiendo la inevitable caída al precipicio de un set humano que ha crecido con una enorme desprendimiento
Para ser honesto quedé un poco decepcionado. Quizá me había hecho muchas expectativas después de todo lo que había escuchado sobre las historias como sobre el autor.
No digo que sea una mala historia, es curiosa, divertida y con un humor muy especial, sin embargo considerar que es un clásico, para mi gusto le falta mucho.
Si hay un escritor que sabe hacer bien su trabajo es Stephen King, sabe narrar, atraparte y hacer que te encariñes con sus personajes. No es que yo sea un experto de su obra, pero las tres o cuatro novelas que le he leído siempre me han dejado muy satisfecho.
Doctor Sleep, o Doctor Sueño, como prefieran, no es la excepción. En forma, es una lectura muy pulcra y emocionante y te mantiene todo el tiempo queriendo saber más. Yo no he tenido la oportunidad de leer El Resplandor, y la película (que, según entiendo, no es nada fiel al libro) la vi hace mucho tiempo así que no recuerdo casi nada de ella, pero eso no impide que haya disfrutado este libro que narra la historia de Dan Torrance, el hijo del personaje principal de la primera novela, que logra salir vivo de la traumática experiencia que tuvo en su infancia y ahora, casi cuarenta años después, tiene que reencontrarse con su pasado y lidiar con su alcoholismo, en parte consecuencia de unos poderes psíquicos que el llama “el resplandor” (the shining). Buena parte de la novela te lleva por los vericuetos y penurias que un enfermo de alcoholismo debe pasar. La otra parte es la historia de una niña que también tiene poderes y que es perseguida por una especie de secta vampírica (The True Knot) que, en lugar de chupar sangre, chupa la esencia de los niños que tiene el resplandor a través de sádicos asesinatos.
Como decía al principio, narrativamente no hay de que arrepentirse, a través de poco más de 500 páginas el autor te garantiza mantenerte atrapado, sin embargo al terminar siento que me quedó a deber un poco: esperaba una historia de terror y es tan fantástica, con personajes tan inverosímiles, que sólo pensando en una narración fantástica puedes aceptar la historia. Todo el tiempo esperé un momento de verdadero suspenso o terror, nunca llegó. Por otro lado, si bien la narración te atrapa, el final ya lo sabes, no hay sorpresa ni giro inesperado. Ya que la historia une a todos los personajes en la primera mitad del libro, te dejas llevar por el desenlace sabiendo que no va a cambiar mucho de lo que estás imaginando que pasará.
Una consecuencia definitiva de haber leído este libro es que ahora veo como indispensable leerme el primero, El Resplandor, para unir algunos puntos que, si bien no afectan a la trama general, me ayudarán a entender mejor algunas referencias que se hacen a lo largo de la historia y de paso ver si esa historia me genera el sentimiento de miedo que he logrado sentir con otras historias de Stephen King.
Si bien no es de lo mejor del autor, es un libro muy recomendable.
Acabo de leer Nacidos para Correr de Christopher McDoughall
Como lamento no recordar quien fue la persona que en un foro, en alguna red social, me recomendó leer este libro. Su comentario fue: “cambié mucho mi visión de correr”. No hay otra forma de resumir lo que hace este libro en la persona que es corredora y lo lee.
Con una prosa bastante sencilla (en algunos momentos yo diría que hasta burda), el autor, un periodista deportivo, nos lleva de la mano en su aventura por descubrir a Caballo Blanco, una escurridiza personalidad que habita en las Barrancas del Cobre, en Chihuahua. Este personaje ha logrado ser aceptado por los raramuris o tarahumaras y por lo tanto ellos le han transmitido su secreto milenario en la técnica y filosofía de su cultura en correr.
Al tiempo que nos narra esta aventura que, por sí sola, no pasaría de lo anecdótico, nos cuenta de forma amena los frutos de su investigación sobre cómo es que correr se encuentra impregnado en el ADN del ser humano.
Con muchos datos muy interesantes que pude ir cotejando conforme leía el libro, puedo decir que mi visión sobre este deporte de correr se puede marcar como un antes y un después de leerlo. Hay otras tantas cosas que llegaba a intuir pero no podía asegurar o cristalizar en conceptos claros o palabras.
Es curioso que el libro no aparenta tener intenciones de ser motivacional, sin embargo en más de un momento tuve que refrenar el impulso de salir en el momento a correr como loco o probar en el momento tal o cual técnica o sugerencia presentada. Tampoco pretende ser un libro técnico y a pesar de ello ofrece suficiente información como para enganchar al menos interesado en la técnica y al que si, lo hace brincar a buscar más información. Dudo que el autor haya pensado en escribir un libro espiritual y al final deja a uno con sabor a que el que corre tiene en sus manos el compromiso de crecer no sólo en lo físico sino también en lo espiritual. Correr te hace una mejor persona.
Así pues, estamos ante un libro imprescindible para cualquier corredor, iniciado o en ciernes. Definitivamente imposible no leerlo y quedar indiferente.
Hacía ya varios años que no releía este fabuloso libro. A raíz de la decepción que para mi supuso la adaptación cinematográfica de Peter Jackson a esta obra, decidí reencontrarme con la fuente para ver si realmente lo que estaba pasando era que idealizaba de más el escrito.
Me da gusto encontrar que no es así, que estamos ante una obra infinitamente superior a su versión en cine y que tiene el toque del Maestro Tolkien en cada párrafo. Si acaso, lo que nunca me ha gustado son las canciones/poemas que se rifan casi todos los personajes, principalmente los elfos.
Siendo crítico, y la razón por la que creo que no puede tener cinco estrellas, es que, en honor a la verdad y dejando de lado mi admiración al autor y su obra, creo que hay cosas que fallan un poco en el desarrollo fluido del libro. Debo confesar que tardé un poco en engancharme, al principio pensé que era porque ya me sabía la historia, pero más tarde me di cuenta de que eran descripciones que a veces salían sobrando y distraían del foco de la historia.
Por otro lado, algo que no lograré entender es la decisión de Tolkien de darle un desenlace tan anti climático a Smaug. Alguien podría decir que es porque la historia al final no se centra en la muerte de un dragón, sino en la transformación de un personaje, pero para fines prácticos esa parte es una segunda lectura, incluso el encuentro con Smeagol y el anillo (Riddles in The Dark) tiene más emoción que la muerte del dragón (y eso que para Tolkien aún no estaba claro lo que haría con el anillo en el futuro.
Por último, me pesa que haya delineado muy bien a personajes como Bardo, Beorn e incluso el Rey Elfo, y que se haya quedado tan corto en profundidad con los enanos... Al final al único que puedes decir que odiaste, amaste, compadeciste es a Thror, el resto de enanos pudo haber sido uno solo que daba lo mismo, ¡12 enanos y ninguno te deja algo!
Pero eso no significa que el resto de cosas en el libro no sean una belleza: descripciones maravillosas de mundos fantásticos; aventuras que cualquier niño desearía tener y cualquier adulto quisiera haber vivido; una visión del mundo que, sin llegar a ser moralista, deja un palpable ejemplo de los principios del autor; y para rematar, sienta las bases para lo que sería la obra que es, para mi, la mejor de todos los tiempos: El Señor de los Anillos.
Aunque se vende como un libro para niños (y, en muchos sentidos, lo es), un adulto puede sacar mucho del libro también. Un imprescindible clásico contemporáneo.
La novela se basa en un hecho histórico: a finales del siglo XVI, los Reyes Católicos de España lideran una expulsión judía del territorio español. En este marco se narra la historia de un personaje que, a pesar de todas las desgracias y desdichas que tiene que soportar, va logrando sobreponerse y sobresalir en la sociedad, ocultando todo el tiempo su condición de judío, pero al mismo tiempo recordando en cada momento de dónde viene.
El libro (y la autora) tiene un estilo muy parecido al de Ken Follet, o por lo menos me lo recordó mucho, una historia enmarcada en un momento histórico determinado que te permite enclavar la historia y aprender mucho de esa etapa histórica, pero viviendo esa etapa desde el punto de vista menos “oficial” históricamente hablando. Tampoco la intención es contar una historia apasionante en la que la trama lo sea todo. Podemos decir que es una escritura sin prisas, cuenta sin apasionamientos la vida y andares del personaje, pero no hay vuelcos de historia, ni momentos clave. La historia es un pretexto para llevarte por una experiencia de vida y para transportarte a un espacio y tiempo que es interesantísimo imaginar.
El libro está bien documentado y, aunque puede haber momentos en los que sientas que te desespera porque pareciera que no pasa nada, te recomiendo que sigas leyendo, el final es gratificante.
Como siempre, el señor Murakami nos regala un texto pulcro e inevitablemente cautivador en el aspecto narrativo, a lo cual hay que agregar una traducción impecable, sin embargo no es el tipo de lectura que atrape a los no corredores y tampoco es una lectura que motive, en el sentido de libro motivacional, a los ya corredores, es simplemente una memoria/ensayo del autor de la que se pueden rescatar algunas frases “lindas” y con las cuales me puedo identificar como corredor. ¿Recomendaría su lectura? Sí, aunque con varias reservas.
Si te gusta el género del thriller este es uno de esos libros que no debes perderte. Muy bien planificado, te lleva por el laberinto de la mente humana a través de un hombre más común que corriente que se enfrenta ante una disyuntiva donde aparentemente sólo existe la posibilidad de la muerte y, por otro lado, la mente retorcida de un psicópata en búsqueda insaciable de venganza que al parecer no conoce límites. Totalmente recomendable.
Un fotógrafo y un cirujano plástica nos van compartiendo a lo largo de esta novela corta, sus pensamientos y vivencias sobre la belleza y sus implicaciones en nuestro mundo. Un pequeño giro de tuerca le da hacia la última parte del libro, un poco de más interés a la historia. El defecto más grande del autor es no darle una diferencia notoria a cada una de las mentes que nos comparten sus secretos, cuesta trabajo creer que dos personas están narrando la historia. Por encima de esto, puede ser un buen guión para un capítulo de La Dimensión Desconocida.
Seguramente lo que diga en esta revisión ya muchos lo han dicho: grandioso libro. Fue una montaña rusa de sentimientos a lo largo de todas las páginas y me llevaba del borde de la lágrima en una página a la risa y optimismo en la siguiente.
Debo confesar que al principio me hizo mucho ruido ver que se asemejaba en varios aspectos a Cien Años de Soledad. Sin embargo conforme la historia fue avanzando, descubrí que la riqueza de esta novela radicaba en otras cosas... Sí, mantuvo un parecido muy fuerte todo el tiempo, pero logra desprenderse de tan fuerte influencia lo suficiente como para que no te pese tanto.
Una historia obligada de la literatura latinoamericana.
Fue una forma excelente de terminar esta novela gráfica, nos lleva de la mano de la autora - protagonista de la historia en su regreso a Irán después de haber vivido en Europa en su adolescencia. Nos describe un país de post guerra en donde la ironía y paradoja de un sistema político y religioso no coincide con la realidad de los habitantes, que tienen que ingeniárselas para vivir una vida más cercana a lo que en occidente consideramos “normalidad”.
Divertida, ácida en sus comentarios, ilustrativa de una realidad que a veces consideramos muy lejana y con la que, de pronto, encontramos más de una coincidencia, nos revela lo que muchas veces se nos llega a olvidar: los habitantes de esta tierra, sea cual sea la raza, el credo, las convicciones políticas y condición económica, somos, al final de cuentas, HUMANOS.
Lectura obligada.
Vaya que tardé en leer este libro más de lo normal. La historia de la vida de este personaje icónico de nuestra era es narrada de forma minuciosa por Isaacson, sin embargo la narración llega a ser cansada y repetitiva en algunas partes.
Es buen libro y es apasionante la biografía que, como él mismo dijo en el anuncio de los genios: “puedes admirarlo o puedes odiarlo, pero nunca te será indiferente”.
Una vez más, Neil Gaiman reintenta las historias infantiles para que el público adulto se maraville con su reinventada propuesta. En este caso, toma como referencia la aclamada historia de Lewis Carroll de Alicia en el País de las Maravillas y la reinventa con una niña moderna que vive unas vacaciones aburridas, monótonas y desesperantes en su nueva casa junto con unos padres modernos que lo último que tienen es tiempo para dedicarle a su hija gracias al trabajo de ambos. Así, Coraline se adentra a un pasadizo que la lleva a un mundo alterno, onírico, donde descubre a un mundo mejor que el suyo, donde todo lo que ella quiera se puede convertir en realidad. Pero, como ella misma dice, la gente realmente no quiere todo lo que quiere y de una forma valiente, no solo para una preadolescente, sino para cualquiera, decide confrontar a ese mundo y su creadora aún sabiendo que en el periplo puede quedar su alma perdida para siempre junto con la de sus papás.
Contada como historia para niños, el contenido apela a un público maduro. El arte de la novela es espléndido, alejado de cualquier toque caricaturesco que pudiera confundir al lector con un cuadro fantástico, alejándonos con ello de cualquier referencia a la fabulosa adaptación animada que varios años después llevaron al cine.
Un libro muy recomendable si quieren una forma interesante de iniciarse en el mundo de Gaiman, un escritor sobresaliente de finales del siglo pasado e inicios del nuestro.
La historia está dividida en tres partes: la primera cuenta la historia de un puberto nada popular ni con las chicas ni con los amigos, su encuentro con el chico más popular y el inicio de una amistad de toda la vida que será en buena medida el hilo conductor de la trama. Esta parte es divertida por la forma en que refleja las dinámicas escolares, el despertar sexual y el ambiente juvenil al que ninguno de nosotros es ajeno.
La segunda parte avanza con los protagonistas hasta llegar a un punto de quiebre, a partir de ahí, la historia se vuelve cansada y extremádamente lenta y deprimente. Avanzas cada capítulo casi con el mismo pesar del personaje principal. Hubo incluso un punto en el que estuve tentado a dejar de leerlo. Sin embargo llega la tercera parte, que se va en un suspiro. Esa última parte vale la pena todo lo que en su momento pudiste detestar de lo anterior.
El personaje principal es narcisista, egoista, sin fe, sin esperanzas. Un mediocre que, cuando descubre el don especial que tiene, lo recibe como si fuera la peor desgracia que le pudo pasar y se deja hundir. El final es desconsolador, pues incluso con la oportunidad que recibe, su decisión es quedar igual... Sin esperanzas ni deseos de un futro mejor. El personaje más entrañable a mi gusto, es el mejor amigo del personajenprincipla, quien, a pesar de ser otro prototipo del hombre patán, borracho, parrandero, es quien, en su conciencia básica, sabe responder en todo momento al compromiso de amistad que él mismo ofreció desde el principio y casi de forma incondicional.
Un libro que, de una u otra forma te hará reflexionar sobre una de las caras más obscuras de la humanidad. vale la pena.
¿Cuántos estamos vivos y caminamos nuestra vida como si estuviéramos muertos? ¿Vivir es sólo respirar? o, ¿respirar es vivir? En esta imaginería de Gaiman los muertos parecen estar más vivos que los mismos vivos. La mitología de vampiros y hombres lobo es revisitada desde un punto de vista, quizá, más infantil, pero al mismo tiempo más humano. El protagonista, vivo, se pregunta en más de una ocasión si no es mejor estar muerto, pero al final, descubre que para los vivos la vida no debería ser una opción, sino una obligación a cumplir con la máxima energía.
Un homenaje declarado por el autor y evidente en sus líneas a la obra de Rudyard Kipling (“The Jungle Book”) con una atmósfera más obscura, propia de Gaiman.
Es un deleite para los adultos sin dejar de ser entretenida para los niños, aunque me pregunto si yo se lo leyera a un niño, cuántas preguntas incómodas surgirían por parte de él.
El final, uno de los mejores que he leído en mucho tiempo, con todo y “lagrimita Remy”.
Lectura obligada.