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See allHasta leer las últimas 5 páginas, la calificación iba a ser unas merecidas 4 estrellas. Pero el final.. ¡Qué final! Imposible que ese cierre no valga una estrella adicional.
Bazterrica atrapa desde un principio apelando a un lenguaje llano y a un desarrollo lineal de la trama. Con tintes distópicos, la historia es, en definitiva, un llamado a la reflexión sobre el consumo de carne. A través de la historia de Tejo, personaje principal muy bien construido que trabaja en el mercado de la carne, la autora logra reconstruir la génesis, el desarrollo y los alcances de la denominada “Transición”, es decir, el reemplazo del consumo de carne de origen animal por carne de origen humano.
Como toda (buena) distopía, los hechos narrados parecen tan aterradores y lejanos como potencialmente posibles. Bazterrica lee los valores y códigos del consumo de carne en la actualidad y partiendo de esa base nos lleva a preguntarnos ¿Sería tan difícil como suena que suceda una Transición en el mundo real?
Originalidad y talento. Amo a Vonnegut y creí que nada superaría a Madre noche pero este me hace dudar.
El estilo, la intercalación de tiempos y anécdotas, los personajes, todo es genial, todo es original. Entre narraciones con un toque delirante, se palpa el dolor del propio autor y el absurdo de la guerra. Cuestionamientos casi existenciales surgen de conversaciones bizarras con alienígenas ¿imaginarios?
“Billy licked his lips, thought a while, inquired at last: ‘Why me?'‘That is a very Earthling question to ask, Mr. Pilgrim. Why you? Why us for that matter? Why anything? Because this moment simply is. Have you ever seen bugs trapped in amber?'‘Yes' (...)‘Well there you are, Mr. Pilgrim, trapped in the amber of this moment. There is no why.'”
“‘All the real soldiers are dead', she said. It was true. So it goes.”
“It is in fact a crime for an American to be poor, even though America is a nation of poor. Every other nation has folk traditions of men who were poor but extremely wise and virtuous, and therefore more estimable than anyone with power and gold. No such tales are told by the American poor. They mock themselves and glorify their betters. The meanest eating or drinking establishment, owned by a man who is himself poor, is very likely to have a sign on its wall asking this cruel question: ‘if you're so smart why ain't you rich?' (...)Their most destructive untruth is that it is very easy for any American to make money. They will not acknowledge how in fact hard money is to come by, and therefore, those who have no money blame and blame and blame themselves. This inward blame has been a treasure for the rich and powerful, who have had to do less for their poor, publicly and privately, than any other ruling class since, say, Napoleonic times.Many novelties have come from America. The most startling of these, a thing without precedent, is a mass of undignified poor. They do not love one another because they do not love themselves.”
En una entrevista a Satrapi, la autora comentó que lo que la motivó a escribir Persepolis fue mostrar otra cara de Irán, alejada de los preconceptos y los estereotipos impuestos por los medios de comunicación. Sin embargo, dudo que la obra logre ese efecto.
Si bien contiene es una mirada ‘desde adentro', lo narrado no escapa a la imagen mas difundida de Irán: el fundamentalismo, la opresión de la mujer, las restricciones a las libertades y la represión que trajo consigo la revolución de 1979. La particular posición de su núcleo familiar y sus amistades cercanas -que vendrían a configurar el elemento ‘distintivo'- son planteadas como una excepción minoritaria.
En todo caso, Perspolis parece más una confirmación de la mirada occidental de Irán que un desafío a ella. Esto me decepcionó un poco.
En lo que hace a la obra en sí, la narrativa es excelente y también lo es la estética, pero esperaba algo mas revelador.
La evaluación de Payasadas no puede dejar de hacerse en clave comparativa respecto al resto del universo literario Vonnegutniano. Y es en esa comparación en la que esta novela sale perdiendo porque, sin dejar de ser una obra interesante, no está a la altura de Madre noche, Cuna de gato o Desayuno de campeones.
Una de las características más destacables de Vonnegut es su notable capacidad de construcción de personajes, algo que aparece en Payasadas en una forma muy atenuada. Y el absurdo que puebla sus obras resulta, en esta ocasión, algo tosco y no tan efectivo a la hora de exponer los demonios subyacentes de la sociedad moderna.
A favor, el componente autobiográfico, aunque quizás ello sólo sea de interés para aquellos Vonnegutnianos.