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“Las estrellas, como todos los demás albures del hombre, constituían una imposibilidad evidente, una ambición tan temeraria e improbable como los inicios de la aventura en los grandes océanos de la Tierra, en el aire o en el espacio.”
Rating: 3.5 / 5
Hace ya buen tiempo que puse sobre mis hombros la titánica tarea de leer todas las novelas ganadoras del premio Hugo. Esta no solo ganó el Hugo y el Locus, sino que también fue elegida como una de las cincuenta mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos en 1987 por la Locus Magazine. Yo no sé si iría tan lejos. De lo que sí estoy seguro es de que me hubiera arrepentido de haberla dejado.
El comienzo fue emocionante: expansión, colonización, comercio. Luego se vuelve bastante pesada por un exceso en el desarrollo, aunque no pude escapar de las redes del worldbuilding. Luego de convencer a mi cerebro de romper esta brecha me llevé una gran sorpresa hacia la mitad del libro y ya no pude soltarlo. Me encontré con el conflicto, la ambición y la traición, pero también con el honor y la moralidad. Y aunque parezca que el bien es esquivo y que los corazones se enfrían bajo el acero de la estaciones y las naves, hay ciertos límites que algunos no están dispuestos a cruzar. La ambición de pocos al final decidió el destino de muchos.
Es un space opera complejo y denso, y que es parte de un universo mucho más grande, pero que vale la pena el esfuerzo.